Receta
Descubre la rica tradición detrás del strudel de manzana, un postre austríaco muy apreciado, y cómo una copa de riesling auslese realza sus sabores: ¡disfruta de la armonía de este maridaje! Descubre el delicioso patrimonio culinario de Austria.
Bienvenido a nuestro viaje culinario por el corazón de los Alpes austríacos, donde la tradición se une al sabor. Exploraremos el emblemático strudel de manzana austríaco, un pastel que encarna la esencia de la herencia alpina. Ácido, dulce y perfectamente equilibrado; maridado con una copa de riesling auslese es una sinfonía de aromas y sabores. Acompáñanos a profundizar en la preparación y el maridaje para esta delicia clásica, ¡celebremos la rica cultura gastronómica del Tirol!
Equilibrio entre lo dulce y ácido
El riesling auslese es conocido por su armoniosa mezcla de dulzor y acidez, por lo que es una excelente elección para maridar con postres como el strudel de manzana austríaco. Las notas del vino de melocotón maduro, albaricoque y melosas frutas tropicales se complementan con toques de botritis, que añaden complejidad a su perfil de sabor y aromas. Estas notas dulces combinan perfectamente con las manzanas dulces, el azúcar y las pasas del strudel de manzana. Al mismo tiempo, la vibrante acidez del vino equilibra la ligera acidez de las manzanas, ofreciendo un refrescante contraste que evita que el postre resulte excesivamente dulce. Este equilibrio garantiza que cada bocado de strudel sea delicioso y pleno.
Aroma y bouquet
El riesling auslese posee una riqueza aromática con notas afrutadas y complejas como manzanas maduras, melocotones, albaricoques y cítricos. Estos aromas complementan perfectamente los sabores del strudel de manzana, creando un maridaje armonioso que atrapa los sentidos. Las especias del postre, como la canela y la nuez moscada, encuentran una combinación perfecta en los sutiles matices florales y especiados del vino, realzando la experiencia aromática. Esta sinfonía de aromas y sabores mejora tanto el vino como el postre, haciendo que el maridaje sea tan agradable al olfato como al gusto. Cada componente realza al otro, creando un deleite sensorial.
Textura y cuerpo
El cuerpo del riesling auslese es medio a pleno. Por eso es un compañero ideal para la textura ligera y hojaldrada del strudel de manzana. El vino envuelve el paladar con su riqueza sin restar protagonismo a la delicada masa. Si lo combinas con acompañamientos cremosos, como una salsa de vainilla o helado, la elevada acidez del vino proporciona un contraste refrescante, destacando a través de la cremosidad y mejorando la experiencia global. Esta interacción entre el cuerpo del vino y la textura del strudel resulta en un maridaje lujoso y equilibrado, en el que cada elemento complementa y realza al otro.
El maridaje perfecto
Para la masa
Para la decoración
Para el relleno
Para la masa, mezcla la harina, los huevos, el aceite, la sal y el agua tibia y amasa bien. La masa debe reposar al menos media hora; lo mejor es prepararla el día anterior y dejarla reposar en el frigorífico toda la noche.
Para trabajar la masa debes estirarla con las manos: para ello, cierra los puños de las manos y gira la masa en círculo hasta que alcance el tamaño adecuado y sea casi transparente. A continuación, coloca la masa sobre un paño de cocina enharinado y unta la parte inferior con la mantequilla derretida.
Para el relleno, pela y trocea las manzanas, tuesta el pan rallado en mantequilla y remoja las pasas en ron. Mezcla todo con el azúcar y la canela en un bol. A continuación, coloca el relleno en la parte superior de la masa: cuanto más relleno, mejor.
Después, enrolla la masa con ayuda del paño de cocina. Coloca el strudel de manzana enrollado en una bandeja de horno. Atención: el borde de cierre debe quedar en la parte inferior. De lo contrario, se endurecerá durante el horneado y será difícil de cortar. Unta el strudel con mantequilla derretida y mételo en el horno precalentado a 200°C durante 10 minutos y luego a 180°C durante otros 30 a 45 minutos. El strudel de manzana estará listo cuando empiece a salir un poco de jugo de las manzanas. El tiempo de horneado depende de la variedad de manzanas utilizadas. Para terminar la elaboración del strudel, espolvorea con azúcar glas. Disfrútalo templado.
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